SAN CARLOS DE BARILOCHE.- La mirada se pierde en el horizonte de montañas pinceladas de blanco, acantilados que reflejan la fuerza del viento y del sol, y lagos de un azul imposible. En la Patagonia los pies se escapan por su cuenta, casi sin pedir permiso, por frondosos bosques con líquenes de aire puro sobre coihues, maitenes, lengas, arrayanes y notros. Si al contacto con la naturaleza se suma la gastronomía, la ecuación se vuelve adictiva para el viajero. La cocina patagónica y sus productos como el ciervo, la trucha, los ahumados y la fruta fina constituyen un atractivo en sí mismo para acercarse a estos parajes de ensueño.
Festivales y escuelas de cocina dan cuenta del fenómeno culinario, como el flamante Festival Gastronómico de la Comarca Andina del Paralelo 42°, Cocina de los Lagos, que se realiza este fin de semana largo en Lago Puelo, El Hoyo, El Bolsón, Epuyén y El Maitén; Cholila no fue de la partida esta vuelta por los incendios. Se suma así a la agenda anual de festivales en la zona con el de Villa Pehuenia, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia, entre otros.
La comida es importante, pero aún lo es más su relato: el comensal desea saber que el cordero que se está comiendo no es cualquier cordero, sino que viene de aquella pradera, alimentado con ese pasto, y la trucha llega desde este criadero o de aquel lago, aunque siempre sabrá mejor recién pescada. Lo cuenta Francis Mallmann, aquel que se considera hijo de la Patagonia, en su libro Tierra de fuegos, mi cocina irreverente: «Quizás una de mis primeras memorias culinarias sea la de una caminata al refugio Frey, en la Bariloche de mi niñez». En una larga mesa a orillas de la verde laguna Toncek en un día de sol comió con 9 años el plato más rico de su vida.
Pesca y asado
Pero además de la comida y su relato existen los aromas y sabores. Como el de la trucha, sembrada en los lagos patagónicos a principios del siglo XX. Actualmente, la mayoría de las truchas proviene de criadero, pero si el lector es pescador sabrá que se pesca con permiso sólo en algunos meses del año, con un límite de una por día: al borde del agua en una parrilla improvisada siempre tendrá otro sabor, único e irrepetible.
Y qué decir del aroma del cordero patagónico asándose con leña y a la cruz, criado a campo abierto con una calidad de pastura única, lo que hace que posea muy poca grasa. O el perfume y la consistencia lujuriosa de las llamadas berries -frambuesa, grosella, parrilla, guinda, sauco, etcétera-, en dulce o directas de la planta; en el Sur, las exquisiteces, sobran.
Existen lugares para comer que son un paseo en sí mismo: tal es el caso de los restaurantes de los hoteles El Casco, Llao Llao y Mascardi, o la Confitería Tronador, la Hostería del Cerro o el restaurante de Bahía Serena, con sus vistas inmejorables, entre otros.
En los fuegos del amplio salón de El Casco Art Hotel, cuyas paredes deleitan con sus cuadros de Juan Lascano, entre otros artistas, cocina Ana Lucía Arias, entrerriana que estudió en Buenos Aires, trabajó con Pamela Villar y luego desembarcó aquí hace 8 años.
Entre los clásicos se cuentan la delicada tarta tatin de tomate entero con queso de cabra, cebollas caramelizadas y polvo de aceitunas negras; los ravioles de conejo braseado en caldo de hinojos asados y el cordero cocido a baja temperatura. De postre, el semifreddo de ron o la dulzura simple, donde esta pastelera de alma revisa el tradicional queso y dulce con un inmejorable homónimo de membrillos frescos, mousse de queso fresco, quinotos en almíbar y otras sorpresas. El menú de dos pasos cuesta $ 390 y el de tres, 480, con café y petit fours.
Un poco más lejos, el hotel Mascardi sobre el lago homónimo ofrece una pequeña playa donde bañarse luego de comer. Avistado por primera vez en 1791 por Fray Francisco Menéndez, el espejo de agua fue bautizado así por Francisco Pascasio Moreno en recuerdo del padre Nicola Mascardi, muerto en 1672.
Desde la mesa, donde las sopas como la de zapallo y los platos clásicos como el lomo Strogonoff, la trucha o la tabla de fiambres ahumados se preparan correctamente a precios normales, es posible disfrutar de la visión del lago de los 7 colores (azul profundo, verde, turquesa y sus variaciones), llamado así por el frecuente cambio de la tonalidad de sus aguas.
El lago Gutiérrez resulta un poco más frío que el Mascardi, aunque desde la orilla del refugio del camping Los Baqueanos, con una copa de la caramañola de San Felipe rosado en una mano y una empanada en la otra, no lo parece. Sí, en cambio, si decide dar una vuelta en kayak y caerse o bañarse, pero valdrá la pena.
La hora del té
Si de tomar el té se trata, Bellevue es un cuento de hadas hecho realidad, con espléndidas vistas al cerro Tronador, el lago Moreno y el jardín encantado de Karin, la dueña. Pastelería con toques de salado: torta sablée de avellanas, Sacher, brioche con queso, tomate y jamón horneado, entre otras delicias. Olvídese de cenar después.
Así también, la confitería y el restaurante El Tronador, al pie de la capilla San Eduardo en la península de Llao Llao, ofrece buena pastelería y cocina casera para el mediodía con platos como pollo a la portuguesa, trucha de Alicurá al limón o tarta de trucha.
Finalmente, para tomar cerveza tirada artesanal, Bachmann es una de las mejores según los que saben de estas cuestiones, hecha con agua, cebada malteada, lúpulo y levadura, sin filtrar ni pasteurizar, por los hermanos Llanes. Sobre la calle Ada María Elflein esquina Quaglia, en pleno centro de la ciudad, la esquina se anima con voces extranjeras que vienen aquí a tomar las distintas opciones de cerveza (pale ale, ámbar caramelo, negra, kosch, entre otras). El ambiente es informal, con música fuerte y televisión prendida.
La cocina está abierta todo el día; para acompañar la cerveza salen las tablas de ahumados, las papas Bachmann con queso panceta y ciboulette, la deliciosa cazuela de cordero o el goulash con späetzle. Una pinta cuesta $ 46 y media, 29; los precios saben casi tan ricos como la cerveza.
Los amantes de la buena mesa no podrán irse de esta zona sin visitar Cassis, en Peñón de Arelauquen, un lugar donde tener una habitacion simula el deseo de comprar casa en bariloche, sobre la ruta provincial 82, lago Gutiérrez. Abre solamente por las noches, de lunes a sábado, y realiza una cocina inspirada en productos de la región y de la huerta, «donde comienza el trabajo diario que realizamos con Ernesto y nuestros hijos, que culmina en los distintos platos del restaurante», dice su alma máter, Mariana Müller.
Entre otros platos de la carta actual sirven una trucha salmonada marinada con mentas, acompañada con sopa fría de manzanas verdes y cedrón: morillas sobre blini con reducción de espumante y perifolio, lomitos de liebre de Esquel, borrajas & liliáceas y frozen de flores de sauco.
Las enumeraciones son siempre arbitrarias y vale la aclaración porque quedaron muchos restaurantes valiosos en el tintero. Los placeres de la mesa no defraudan por estos lares: los vinos del Alto Valle del Río Negro y de Chubut, los ahumados, las carnes y los pescados saben mejor frente a la orilla de cualquier lago, con una montaña apenas pintada de blanco reflejada en las pupilas.
Festival en la comarca
Hasta el martes próximo se realiza el Primer Festival Cocina de los Lagos de la Comarca Andina del Paralelo 42°, en las localidades de Lago Puelo, El Hoyo, El Bolsón, Epuyén y El Maitén. Feria de productores independientes, almuerzos solidarios, clases magistrales de Soledad Nardelli, Martín Molteni, Pedro Lambertini entre muchos otros cocineros nacionales y patagónicos destacados, degustaciones de vinos y cervezas artesanales, y la presentación del primer whisky de malta de la Argentina, Alazana. Para ver la agenda completa: www.cocinadeloslagos.com.ar
Coordenadas gastronómicas
Cervecería Bachmann. Ada María Elflein 90, esquina Quaglia (pleno centro de Bariloche). Teléfono: 0294 442-2249.
El Casco Art Hotel. Avda. Ezequiel Bustillo km 11,400. Teléfono: (0294) 4445-3131; www.hotelelcasco.com
Restaurante Cassis: en el Peñón de Arelauquen Golf & Country Club, ruta provincial 82, lago Gutiérrez. Tel. 02944-4476167 o 02944(15)450 6430. www.cassis.com.ar
Confitería y restaurante El Tronador: Avda. E. Bustillo km 25 (al pie de la capilla San Eduardo, Llao Llao). Teléfono: (0294) 444-8205.
Ristorante Il Gabbiano: Avda. E. Bustillo km 24,300 (Villa Llao Llao). Teléfono: (0294) 444-8346. Cocina regional de Italia, en exquisitas versiones locales.
Hotel Mascardi: ruta nacional 258, km 36, desvío Tronador, sobre el lago Mascardi. Tel.: 02944-4490518.
Hostería del Cerro restaurante: del Alto 712, Villa Catedral. Tel.: 011 4701-0908, Ext 102. En un enclave mágico es ideal para llegar antes de que se ponga el sol y ver cómo cae entre las montañas y el lago Nahuel Huapi desde las mesas. La comida es sencilla y económica, bien presentada: pruebe el guiso del montañés.
Casa de té Bellevue: Avda. E. Bustillo km 24,500 (ingreso, a la izquierda; cartel rojo). Teléfono: (0294) 444-8389. Abre de miércoles a lunes, de 16 a 22. www.bellevue.com.ar
Camping y complejo Los Baqueanos: ruta 40 Sur, km 2016, lago Gutiérrez. Teléfono: 0294154230556. www.complejobaqueanos.com.ar
Restaurante Bahía Serena: Av. Bustillo km 12275, San Carlos de Bariloche. Teléfono: 0294 4452-4614. Truchas deliciosas y goulash de ciervo para no perderse.
Pizza Malal: Av. Bustillo km 12452, Tel. 02944461702. Con 23 años de trayectoria, las pizzas y empanadas de este sitio no defraudan; tampoco la fainá. Para los que les gustan las pizzas reloded, la Malal trae mozzarella, jamón, palmitos, morrón, huevo duro, longaniza y aceituna.